domingo, 23 de agosto de 2009

JULIO CORTÁZAR

"Quizá el rasgo diferencial más penentrante del cuento sea la tensión interna de la trama narrativa. De una manera que ninguna técnica podrá enseñar a proveer, el gran cuento breve condensa la obsesión de la alimaña, es una presencia alucinante que se instala desde las primeras frases para fascinar al lector, hacerle perder contacto con la desvaída realidad que le rodea, arrasarlo a una sumersión más intensa y avasalladora. De un cuento así sale como de un actor de amor, agotado y fuera del mundo circundante, al que se vuelve poco a poco con una mirada de sorpresa, de lento reconocimiento, muchas veces de alivio y tantas de resignación."

1 comentario:

El gramático pardo dijo...

Hola:

Felicidades por tu blog. Creo que es de los mejores que he encontrado en la blogosfera.
Te linkeo.
Saludos